Desde 2007 se redujo en más de 30% el grado de éxito en la concesión de créditos en España (ver tabla).
El 10 de febrero se aprobó la Nueva reforma laboral 2012, que incluye nuevas formulas que pretenden corregir los problemas estructurales del mercado de trabajo. Se pretende facilitar la contratación por las empresas para conseguir así reducir los elevados índices de desocupación.
Pero , si lo que se prende es incentivar la contratación, ¿porqué? las medidas se dirigen principalmente a facilitar los despidos de trabajadores, reduciendo las indemnizaciones y flexibilizando las causas o las condiciones.
Si el objetivo es dinamizar nuevamente la economía, el mayor problema que azota las empresas continua siendo el crédito. Éste no circula y hace que las PYMEs cada vez vean con mayor dificultad su futuro.
Estimulando el crédito conseguiríamos reactivar el consumo, lo que contribuiría a incrementar la producción y generaría nuevos puestos de trabajo. Fomentaría que los emprendedores (muchos de ellos en paro y consumiendo prestaciones y ayudas) se viesen con el respaldo necesario para impulsar su proyecto generando también nuevos puestos de trabajo y una mayor recaudación de la Seguridad Social.
En definitiva incentivaría la economía en lugar de sembrar mayor inestabilidad laboral y mayor desconfianza en el 80% de población activa que todavía hoy, conserva su puesto de trabajo.